Tic, tac... tac, tic
¿Qué sucede cuándo todo lo que te ha acompañado en la vida se va?, ¿cuándo lo que tienes a tu lado se esfuma con la niebla de la mañana y de repente solo escuchas el sonido incesante del reloj?
Tic, tac... tac, tic
Calles empedradas, testigos de penas, de muertes, de resurgimientos, hoy son testigos de tu ausencia, el aire no contiene las particulas de tus feromonas, tu humor ya no pinta el día. Las palabras que solian adornar de poesía y literatura los días ahora se han convertido en extrañas cercas de puas que impiden pasar a aquel lugar donde libré las mejores batallas de mi vida como caballero, en su suelo solia estar la sangre derrotada de la desesperanza, de la soledad y el desengaño...hoy observando desde lejos ese lugar noto que la sangre no está, de forma inverosimil esa sangre ha vuelto a las venas por donde solia correr, la desesperanza ha vuelto a la vida y la soledad es su fiel escudera.
El frio de la ladera de la montaña intenta apoderarse de mi ser subiendo por mi cuello casi queriendo congelar mis pensamientos, queriendo quitarles lucidéz, pero ese mismo frio que recorre mi cuerpo es el que me recuerda que estoy vivo, con mas fuerza empuño mi lanza, mi escudo está en su lugar y me preparo para la siguiente batalla, se que la cerca de puas caerá, no se si volverá a salir el sol, solo se que batallaré y moriré en pie como lo hace un caballero, viviré en este campo antes que quedarme en mi habitación sombría escuchando el atormentador tic tac de mi reloj...
Bogotá - Febrero 24/2011
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